«Una vez que has elegido la esperanza, todo es posible.» Christopher Reeve.
La resiliencia es la capacidad de hacer frente a las situaciones complejas de nuestra vida, convirtiendo el dolor en energía para superarnos y salir fortalecidos. La aceptación, la esperanza, la adaptación, la actitud… son algunos de los nutrientes que pueden fortalecer este «músculo».
Te ofrezco 10 «tips» que te ayudarán a desarrollar esta virtud tan importante en una situación como la que actualmente vivimos.
- Distingue. Es importante que separes aquello que tienes posibilidades de cambiar de lo que no está en tu mano transformar. No desperdicies fuerzas en preguntarte ¿por qué?, pon el foco en aquello sobre lo que sí tienes capacidad de acción, y comprométete con ello. Pregúntate ¿pára qué puede servirme esta situación?
- Sé consciente. Todos tenemos capacidades y limitaciones, y es importante que sepas cuáles son ambas. El autoconocimiento te otorga el poder de diseñar tus retos no sólo contando con tus deseos y necesidades, sino también con tus recursos.
- Confía. Ten la seguridad de que posees todo lo necesario para conseguir tus objetivos. Ten fe en las personas que te rodean y en que se pondrán a tu lado para darte la energía que necesites. Piensa en que todo pasa, nada es eterno, la duración de cualquier situación siempre es limitada.
- Aprende. Las dificultades te ofrecen la oportunidad de transformarte, de crecer y desarrollarte. Busca el aprendizaje que puedes obtener. Piensa en la persona en la que te vas a convertir y en todo lo que podrás «hacer» desde este nuevo «ser».
- Sé positivo. Que no está reñido con ser realista. Ser objetivo te permite distinguir los aspectos positivos y negativos de cualquier situación, para centrarte en los primeros y disfrutar del «viaje» hacia tu meta.
- Suelta el control. No es posible controlar todos los aspectos de tu vida, e intentarlo sólo te puede conducir a la frustración y la desesperanza. Aprende a convivir con la incertidumbre y a gestionar tus emociones: si no puedes cambiar la situación, cambia tu forma de vivirla.
- Sé flexible. Mantén una actitud abierta ante los cambios, atrévete a experimentar, aprender y crecer ante las nuevas circunstancias. Aunque tengas claro lo que deseas, lo cual es muy importante, adapta tu planes y tus retos si es necesario.
- Persiste. La perseverancia es un árbol de raíces amargas, pero de frutos muy dulces. Mantente firme ante tu propósito, no te rindas y pon toda tu capacidad de esfuerzo, una y otra vez, en favor de tus objetivos. Como decía Napoleón… «el éxito no reside en vencer siempre, sino en no desanimarse nunca».
- Cuida tus compañías. Acércate a la gente que suma y aléjate de la que resta. Las personas positivas nos impulsan y crean a nuestro alrededor las condiciones necesarias para motivarnos. No dudes en pedir la ayuda que necesites, siempre estarán dispuestos a dártela.
- Ten buen humor. Ríete de ti mismo y también de las situaciones adversas, te ayudará a tomar distancia y quitarles peso. La risa te permite vivir las dificultades desde emociones que posibilitan, inspiran y descargan tensión. El buen humor alejará de ti el estrés, el sufrimiento y el conflicto.
Incorpora estos ingredientes a tu vida y tu resiliencia crecerá de tal forma que serás capaz de gestionar adecuadamente cualquier situación complicada.