Insiste, persiste, resiste y no desistas

«No es tiempo para la comodidad y facilidad. Es tiempo para atreverse y resistir.» Winston Churchill.

En esta época compleja cobran un especial sentido conceptos sobre los que ya he escrito en anteriores entradas: «No te rindas» y «10 tips para entrenar la resiliencia«. Insistir, persistir, resistir, no desistir… son algunas de las habilidades que te ayudan a navegar con solvencia en aguas revueltas.

Para poder poner en marcha todas estas habilidades hay algo imprescindible: tener motivos para hacerlo. A continuación podéis leer un poema, atribuido a Mario Benedetti, lleno de razones para insistir, persistir, resistir y no desistir.

NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso, continuar tus viajes, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.

 Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque te quiero, porque existe el vino y el amor, es cierto, porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron, vivir la vida y aceptar el reto, recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Piensa en los cientos, miles de razones que tienes para no rendirte, para seguir adelante comprometido con tus sueños, para seguir trabajando por ellos.

Si te gustó, comparte...

Distinciones de Coaching. Construirnos a través del lenguaje

«No leas para entender, sino para ver algo que no habías visto antes. Rumia estas ideas para nutrir tu intelecto, no para satisfacer lo que ya comprendes y crees.» Jim Selman.

Silvia Guarnieri y los otros 26 coaches del equipo de la EEC que han escrito este libro, cuentan con más de 20 años de experiencia trabajando con distinciones, algunas de las cuales ya nos mostraron en el libro «No es lo mismo», también editado por LID en el año 2010. «Distinciones de Coaching» se desarrolla en el mismo contexto, aportando nuevos conceptos que utilizan el poder transformador de las palabras para el desarrollo del liderazgo personal y profesional.

Es un privilegio leer un libro creado por personas a las que he tenido la oportunidad de conocer y que han participado en mi desarrollo profesional y personal. Si además a ello le sumas que las distinciones son una de las herramientas clave para llevar a cabo eficazmente mi trabajo de coach… entenderás el entusiasmo con el que he recibido esta obra.

Una distinción es una palabra que te permite separar aquello que nombras del resto, ampliando tu mirada y proporcionándote un aprendizaje que posibilita nuevos comportamientos. Una visión diferente nos facilita incorporar nuevos juicios y creencias que nos impulsan a realizar acciones distintas, dirigidas a conseguir resultados extraordinarios.

La lectura de este libro te ayuda a tomar consciencia de los pensamientos, sentimientos y «paraqués» de tus acciones. Darles un nuevo enfoque te ofrece nuevas posibilidades para eliminar las limitaciones que te alejan de tus retos. Una herramienta clave para el trabajo de acompañamiento de un coach con sus coachees, pero también para tu crecimiento personal.

A pesar de sus estilos diferentes, los coautores de «Distinciones de Coaching» han compartido un propósito común: el desarrollo de las personas. Lo han hecho desde la firme convicción de que todos tenemos un potencial ilimitado que está esperando ser liberado. Esto ha permitido construir homogeneidad desde la heterogeneidad y hacer que el libro mantenga una linea uniforme y con sentido.

La riqueza de conocer 27 formas distintas de escribir, de conceptuar sus experiencias, de trabajar con el lenguaje para crear nuevas realidades… es sólo comparable, en magnitud, con la generosidad que han tenido al compartir su sabiduría con los demás. La coherencia entre lo que escriben y lo que viven, que se percibe entre líneas, es un regalo del que he podido disfrutar personalmente y que valoro de forma especial.

Es un libro para leer una y otra vez, lápiz en mano, y encontrar, como indica Jim Selman en el prólogo, algo que no habías visto antes y nutrir tu intelecto. Me quedo con ganas de más coaches, más experiencias, más distinciones, más páginas, más alimento para el ser… ¿quizás un nuevo libro en un horizonte próximo? 

Puedes adquirir este libro en:

Si te gustó, comparte...

10 tips para entrenar la resiliencia

«Una vez que has elegido la esperanza, todo es posible.» Christopher Reeve.

La resiliencia es la capacidad de hacer frente a las situaciones complejas de nuestra vida, convirtiendo el dolor en energía para superarnos y salir fortalecidos. La aceptación, la esperanza, la adaptación, la actitud… son algunos de los nutrientes que pueden fortalecer este «músculo».

Te ofrezco 10 «tips» que te ayudarán a desarrollar esta virtud tan importante en una situación como la que actualmente vivimos.

    1. Distingue. Es importante que separes aquello que tienes posibilidades de cambiar de lo que no está en tu mano transformar. No desperdicies fuerzas en preguntarte ¿por qué?, pon el foco en aquello sobre lo que sí tienes capacidad de acción, y comprométete con ello. Pregúntate ¿pára qué puede servirme esta situación?
    2. Sé consciente. Todos tenemos capacidades y limitaciones, y es importante que sepas cuáles son ambas. El autoconocimiento te otorga el poder de diseñar tus retos no sólo contando con tus deseos y necesidades, sino también con tus recursos.
    3. Confía. Ten la seguridad de que posees todo lo necesario para conseguir tus objetivos. Ten fe en las personas que te rodean y en que se pondrán a tu lado para darte la energía que necesites. Piensa en que todo pasa, nada es eterno, la duración de cualquier situación siempre es limitada.
    4. Aprende. Las dificultades te ofrecen la oportunidad de transformarte, de crecer y desarrollarte. Busca el aprendizaje que puedes obtener. Piensa en la persona en la que te vas a convertir y en todo lo que podrás «hacer» desde este nuevo «ser».
    5. Sé positivo. Que no está reñido con ser realista. Ser objetivo te permite distinguir los aspectos positivos y negativos de cualquier situación, para centrarte en los primeros y disfrutar del «viaje» hacia tu meta.
    6. Suelta el control. No es posible controlar todos los aspectos de tu vida, e intentarlo sólo te puede conducir a la frustración y la desesperanza. Aprende a convivir con la incertidumbre y a gestionar tus emociones: si no puedes cambiar la situación, cambia tu forma de vivirla.
    7. Sé flexible. Mantén una actitud abierta ante los cambios, atrévete a experimentar, aprender y crecer ante las nuevas circunstancias. Aunque tengas claro lo que deseas, lo cual es muy importante, adapta tu planes y tus retos si es necesario.
    8. Persiste. La perseverancia es un árbol de raíces amargas, pero de frutos muy dulces. Mantente firme ante tu propósito, no te rindas y pon toda tu capacidad de esfuerzo, una y otra vez, en favor de tus objetivos. Como decía Napoleón… «el éxito no reside en vencer siempre, sino en no desanimarse nunca».
    9. Cuida tus compañías. Acércate a la gente que suma y aléjate de la que resta. Las personas positivas nos impulsan y crean a nuestro alrededor las condiciones necesarias para motivarnos. No dudes en pedir la ayuda que necesites, siempre estarán dispuestos a dártela.
    10. Ten buen humor. Ríete de ti mismo y también de las situaciones adversas, te ayudará a tomar distancia y quitarles peso. La risa te permite vivir las dificultades desde emociones  que posibilitan, inspiran y descargan tensión. El buen humor alejará de ti el estrés, el sufrimiento y el conflicto.

Incorpora estos ingredientes a tu vida y tu resiliencia crecerá de tal forma que serás capaz de gestionar adecuadamente cualquier situación complicada.

Si te gustó, comparte...

No te rindas

«No puedes controlar todas las situaciones de tu vida, pero sí puedes controlar tus actitudes hacia esas situaciones.» Zig Ziglar.

La pasada semana, en una charla sobre resiliencia, organizada por la Escuela Europea de Coaching, Sofía Taouqi nos recordó una antigua leyenda a la que podemos acudir cuando tengamos la tentación de tirar la toalla. La reproduzco a continuación para aquellos que no tuvisteis la oportunidad de escucharla.

El Helecho y el Bambú

En una época en la que pasaba una mala racha, decidí un día darme por vencido… renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi vida. Fui al bosque para hablar con un anciano que decían era muy sabio.

-¿Podría darme una buena razón para no darme por vencido? Le pregunté.

-Mira a tu alrededor. Me respondió. ¿Ves el helecho y el bambú?

-Sí, respondí.

-Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.

-En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante, y nuevamente nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú. 

-En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.

-En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.

-En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.

-El sexto año, el bambú creció más de 20 metros de altura. Se había pasado cinco años echando raíces que lo sostuvieran. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.

-¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Me dijo el anciano y continuó…

-El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.

-Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida, me dijo el anciano y continuó…

-La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante…

Algunas veces sentimos la tentación de tirar la toalla, nos sentimos cansados de tanto esfuerzo sin ver los resultados del mismo. Si no consigues lo que deseas a pesar de trabajar por ello, no desesperes ni renuncies… posiblemente sólo estés echando raíces… las raíces que necesitas para sostener tus retos.

Si te gustó, comparte...

Comunicación no violenta, un lenguaje de vida

«Mi experiencia me ha enseñado que es posible resolver casi cualquier conflicto de una manera que satisfaga a todos». Marshall Rosenberg.

¿Has experimentado en alguna ocasión la sensación de que una relación se ha resentido por una comunicación inadecuada? Malentendidos, frustración, distanciamiento, desconfianza… El lenguaje es la principal herramienta que usamos para interactuar tanto con los demás como con nosotros mismos, y determina, de forma importante, el resultado de nuestras relaciones.

Como seres sociales, necesitamos relacionarnos con los demás para crecer, aprender, ayudarnos, darnos afecto, sentirnos parte de algo… Intercambiamos información, expresamos ideas, y compartimos sentimientos. La calidad del tiempo que pasamos con los demás depende de cómo realizamos este intercambio a través de nuestra comunicación, al hablar y también al escuchar.

La mayoría de nosotros hemos crecido en un mundo que, a veces, nos empuja a juzgar, a etiquetar, a culpar y a exigir. Desde estos parámetros nuestro lenguaje y nuestra escucha se vuelven egoístas, acusadores, competitivos y violentos. Ésta es una comunicación que aleja, que separa.

Marshall Rosenberg nos propone en su libro «La Comunicación NoViolenta» un enfoque del lenguaje que excluya los juicios, el pensamiento nosotros-contra-ellos y nuestra interpretación parcial de los hechos. Una forma de comunicarnos que nos confiere una nueva identidad desde la que observamos los sentimientos y las necesidades del otro, desde la que aceptamos su realidad y conectamos.

La CNV (comunicación no-violenta), expande nuestra consciencia y nos conduce a dar desde la compasión, escuchando nuestras necesidades más profundas y las de los demás, consiguiendo relaciones que enriquecen y una conexión firme con los demás y con nosotros mismos.

Este libro no sólo nos enseña una técnica de comunicación, nos permite aprender a transformar nuestros pensamientos para mejorar nuestras relaciones, para ser compasivos, para gestionar nuestras emociones, para alejarnos de las críticas y los juicios, y para encontrar puntos comunes que nos distancien del conflicto y nos acerquen a la paz.

Un libro del que se han vendido más de un millón de ejemplares, traducido a más de 30 idiomas diferentes, utilizado por negociadores, mediadores, líderes, coaches, psicólogos, profesores, padres… y que no puede faltar en la biblioteca de cualquiera que busque una vida plena y en armonía.

Puede encontrar «Comunicación NoViolenta. Un lenguaje de vida» de Marshall B. Rosenberg en:

Si te gustó, comparte...

Coraje

«El coraje no es la ausencia de miedo, sino el juicio de que algo es más importante que el miedo». Ambrose Redmoon.

coraje

Cuando le damos más importancia a nuestras metas que a las dificultades que encontramos al trabajar por ellas, estamos ejercitando una virtud, el coraje, que facilita e impulsa nuestro desarrollo personal. El coraje no consiste en no tener miedo,  sino en afrontar la realidad gestionando el miedo.

La RAE define el coraje como «impetuosa decisión y esfuerzo del ánimo, valor». La primera parte de esta definición hace referencia a la determinación («decisión») con la que realizamos algo aplicando nuestra fuerza interior («impetuosa»)… Es una virtud generada por nuestro deseo de actuar… cuanto más ferviente sea, mayor será nuestro coraje, nuestro valor para afrontar el reto.

Cuando salimos de nuestra zona de confort, la incertidumbre y las dificultades de enfrentarnos a algo nuevo pueden provocarnos miedo, temor a lo desconocido, al fracaso… Es un miedo que sólo está en nuestros pensamientos, estamos imaginando una experiencia que no hemos vivido y que, en la mayoría de las ocasiones, será diferente a como la pensamos. Cuando enfrentamos nuestros miedos, los hacemos tan pequeños que dejan de ser una barrera.

Coraje es tener la firme convicción de que merece la pena el esfuerzo. Es tener la voluntad de hacerlo permitiendo a nuestros miedos que nos indiquen dónde está el peligro y qué necesitamos para enfrentarlo sin que nos detenga. El «esfuerzo del ánimo» al que hace referencia la segunda parte de la definición de la RAE.

Recuerda la última ocasión en la que tuviste coraje… para qué lo utilizaste?, cuál fue el poderoso deseo que te impulsó a enfrentar tus miedos? cómo te sentiste? qué lograste?… Si fuiste capaz entonces, no hay nada que te impida volver a hacerlo.

Si te gustó, comparte...

Por qué comes como comes

«Comer es una necesidad, pero comer de forma inteligente es un arte» Duque de La Rochefoucauld.

Comes como comes

Cuántas veces nuestros pensamientos giran entorno a nuestra forma de comer? Victoria Lozada, dietista-nutricionista, y Carlos Moratilla, psicólogo sanitario y terapeuta, analizan en su libro los diferentes factores que influyen a la hora de mantener una relación saludable con la alimentación.

En muchas ocasiones comemos mucho más de lo que nuestro cuerpo necesita, en otras menos. A veces, nos alimentamos con nutrientes que no son necesarios y olvidamos alimentos imprescindibles. Comemos para olvidar, comemos para celebrar, comemos por ansiedad, comemos por euforia, comemos por rutina…

Nuestra relación con la alimentación está ligada no sólo a nuestra biología, sino también a nuestro estado de ánimo, a nuestra educación, a nuestra cultura y a nuestro estilo de vida. Factores no sólo nutricionales sino también psicológicos. Victoria y Carlos nos aportan en su libro soluciones sencillas a problemas complejos para que tomemos las riendas en este área cotidiano de nuestras vidas.

Su estudio está basado en la experiencia de un trabajo multidisciplinar, la psiconutrición. Pero no para darnos dietas o recetas milagrosas, sino para hacernos comprender qué nos empuja a comer más o menos de la cuenta, olvidando el carácter nutricional de la alimentación y buscando escapar de emociones con las que no nos sentimos cómodos.

El contexto en el que nos alimentamos, el comer emocional, la obesidad, los atracones, las dietas que fracasan, el perfeccionismo, la rigidez, el autocontrol y la flexibilidad, son los conceptos que exploran los autores para mostrarnos como mejorar nuestra relación con la comida.

Si alguna vez pasas por momentos en los que no «te llevas bien» con tu alimentación, en este libro puedes descubrir fórmulas que te ayudan a gestionar mejor esta situación.

Si te gustó, comparte...

Aceptación

«Señor, concédeme serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que puedo y sabiduría para poder diferenciarlo». Reinhold Niebuhr

A veces nos encontramos en situaciones no deseadas sobre las que no tenemos ninguna posibilidad de cambio. Preguntarnos por qué, buscar culpables, quejarnos y asumir una posición de víctima, no ayuda: nos provoca rabia, tristeza,  frustración, desesperanza… Si mantenemos esta conversación en nuestra mente, estamos atrapados, no avanzamos y generamos sentimientos que nos limitan.

No podemos evitar que aparezcan estas emociones, pero sí podemos hacer que permanezcan sólo el tiempo necesario. De no ser así, las convertiremos en un estado de ánimo desde el que todo será más complicado. Cambiando nuestros relatos, podemos conectar con la serenidad, la confianza, la compasión, el optimismo… emociones que nos impulsan, que canalizan nuestra energía hacia nuevas posibilidades.

La aceptación es el primer paso para romper las cadenas. Significa hacernos conscientes de las situaciones que no podemos cambiar y aprender a convivir con ellas en paz, obtener el aprendizaje que nos aportan y hacernos responsables de lo que sí está en nuestras manos.

Aceptar no es resignarse, ni acatar, ni conformarse… es la decisión que tomamos libremente de admitir que existen circunstancias que no están a nuestro alcance, dejar de luchar contra ellas y poner nuestra atención en acciones que nos permitan vivir como queremos. La aceptación abre las puertas a nuestras metas.

Desde esta posición, nos encontramos en disposición de construir, se abren ante nosotros nuevas posibilidades para mejorar nuestra situación e ir diseñando un futuro mucho mejor. Distingue lo que no puedes cambiar de lo que sí puedes cambiar, acepta lo primero y pon el foco y tu energía en lo segundo… recuperarás la calma.

Si te gustó, comparte...

Metas

«No hay viento favorable para el que no sabe dónde va». Séneca

metas

¿Has pensado en alguna ocasión que ocurrirí­a si salieses de viaje sin un destino concreto, sin equipaje, sin los recursos necesarios, sin ninguna razón que lo justifique, sin objetivo?

Es difí­cil encontrar el camino cuando no hemos fijado un destino… vagamos de un lado a otro, sin saber el «dónde», el cómo» y el «para qué». Nos dejamos arrastrar por la corriente y estamos en manos de las circunstancias. Será el azar o la voluntad de los demás quienes nos guí­en, quienes manejen nuestro rumbo. Las posibilidades de disfrutar del viaje son escasas o fortuitas.

Cuando nos marcamos una meta, podemos diseñar un plan para alcanzarla, identificar las dificultades, definir los recursos que necesitamos y enfocar nuestras acciones y nuestro esfuerzo sin que éste se diluya. Un objetivo concreto y una buena razón para conseguirlo, se convierte en una fuente de compromiso y motivación.

Define tu meta de forma detallada, medible, que sea real y alcanzable pero a la vez retadora, y delimítala en el tiempo. Diseña un plan de acción y ponlo en marcha. El reto tirará de ti, te atraerá hacia él como un imán, generando la actitud y la persistencia necesarias para que lo hagas tuyo.

La libertad de decidir qué queremos para nuestra vida y de alinearlo con nuestros valores, con lo realmente importante, nos llena de ilusión, desata nuestro potencial y nos permite disfrutar del proceso a pesar de las dificultades.

Si aún no lo has hecho, elige dónde quieres ir, cuánto quieres tardar y para qué quieres llegar. Después, comienza a andar… sé flexible, aprende de aquellos con quienes te cruces o con quienes lo compartas, crece con las dificultades, transita por tus emociones, disfruta del camino y, cuando llegues, también del destino.

Si te gustó, comparte...